sábado, 16 de febrero de 2013

EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS ESCUELAS:

 EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS ESCUELAS:
  PELIGRO PARA EL ORDEN SOCIAL O PUESTA EN PRÁCTICA DE DERECHOS ?
“Siempre decimos que las parientes pobres de la psicología son la prevención y la educación, temas a los cuales los psicólogos se dedican poco, y los que lo hacen, son mirados con cierto dejo de lástima o subestimación por sus colegas del ámbito clínico asistencial ”1-
Lic. Mirta Videla

1- Educación y Sexualidad
Haciendo un poco de historia
Según la definición que surge del campo de las Ciencias Sociales, “la Educación es la acción y el efecto de educar que realiza la sociedad dirigidos a encaminar, desarrollar y perfeccionar las facultades morales e intelectuales de las jóvenes generaciones por medio de preceptos doctrinarios”. 2-
En la historia del concepto de educación podemos encontrar una pluralidad de significados de los que sólo recordaré los más recientes.
Para Rousseau el hombre era natural e inicialmente bueno para ser luego depravado por lo efectos e influencias (educación) de vivir en sociedad por lo que había que alejarlo de ésta y regresarlo a la Naturaleza.
Desde Saint-Simón, representante del socialismo utópico, la educación comienza a concebirse como un esfuerzo colectivo orientado a lograr la integración del individuo al organismo social, abandonando así la concepción igualitaria y reparatoria del iluminismo para el cual la finalidad de la educación será reparar la incompletud de las relaciones entre el ser humano y la naturaleza.
Durkheim, desde el positivismo, la restringe a la transmisión de cultura de los adultos a los jóvenes, otorgándole funciones orientadas a la homogeneización.
Marx la vinculó a la política y el trabajo, reconociéndole la capacidad de incidir en la transformación de la conciencia social.
Pero para el marxista francés Louis Althusser, la educación forma parte del aparato ideológico del Estado poniendo en serias dudas la autonomía relativa de la misma y negándole su potencial transformador.
Por el contrario Antonio Gramsci, otro marxista pero italiano, rescata y destaca el poder transformador de los procesos educativos, entendiéndolos como un proceso político pedagógico.
Respecto de nuestro continente latinoamericano, podemos destacar la llamada “pedagogía de la liberación”, cuyo mayor exponente fue el pedagogo brasileño Paulo Freire quien planteó el problema de la opresión o disciplinamiento social presente en los vínculos educativos y propuso identificar tanto a la educación como al acto de conocimiento, con la concientización y la política. El objetivo de la educación deberá consistir en motivar la crítica y la transformación de la sociedad, considerando a los estudiantes como individuos cuya realización personal y social dependerá de su integración crítica en la comunidad.
Por lo tanto para Freire, la educación no es sólo un acto de reflexión, es fundamentalmente un proceso dinámico que deberá entenderse como una construcción cultural conjunta, realizada tanto por los educadores como por los educandos y en pos de un cambio democrático, popular y nacional. Nos propone una educación de carácter liberador, a través de la cual se debilite a la cultura del silencio. 3-
Respecto de la Sexualidad, podemos decir que aparece como concepto a fines del siglo XVIII y para muchos surgió como consecuencia de la irrupción de los fenómenos políticos significativos que caracterizaron el final de dicho siglo.
La combinación y articulación de saberes populares con los nuevos conocimientos surgidos de la antropología, la psicopatología, el derecho, las nuevas filosofías y la medicina, constituyeron un nuevo campo de relaciones.
Esto posibilitó crear e introducir la idea del placer como concepto sobre el que también se puede reflexionar y discurrir, no solamente sentir y de este modo la Sexualidad se estableció como concepto.
Las repercusiones y los nuevos ámbitos intelectuales y políticos que esto generó, dieron lugar a disputas de poder principalmente entre la iglesia, los moralistas, los pedagogos, los filósofos y los médicos, tratando de controlar sus posibles repercusiones en el orden moral público y privado.
Más tarde, en el siglo XX, Freud introducirá la idea de placer independientemente de la función reproductiva y sostendrá que la vida sexual produce una ganancia de placer que podría ser puesta al servicio de la reproducción....o no.
Según Foucault, quien ha reflexionado y escrito mucho sobre el tema, aún hoy día seguimos utilizando palabras que él define como “palabras que han salido del confesionario” para ingresar al lenguaje público y este pasaje del mundo íntimo al público es una de las dimensiones más importantes que construye la sexualidad como tal.4-
A partir de la irrupción del VIH/SIDA en la década de los 80, la sexualidad cambia radicalmente de registro y asociada con la enfermedad y la muerte introduce el imperativo de “hablar” sobre ella de manera explícita y pública legitimando nuevas alternativas eróticas y demandando al Estado y la Sociedad, la superación de resistencias conservadoras para empoderar el concepto de los derechos sexuales y reproductivos de la población.
Debido al surgimiento, legitimación y defensa de estos derechos por parte de sectores significativos de la sociedad civil, el Estado se vé obligado a enfrentar la disyuntiva. Se comienzan a implementar campañas y programas orientados a la prevención y atención de la salud sexual de la población. Campañas muchas veces bien intencionadas pero poco efectivas en los resultados. Casi siempre atravesadas por el miedo a molestar “la sensibilidad” de los sectores más conservadores de nuestra sociedad, sin concebir la participación y los aportes de los directamente afectados en su salud, calidad y continuidad de vida; relegando sus intereses y derechos.

2- La demonización de la sexualidad
El mayor temor del ser humano es enfrentarse con lo que no puede comprender y es así como construye sus símbolos sagrados, crea a sus dioses y establece normas religioso-culturales.
Considerando a las religiones como diferentes estructuras ideológicas concebidas por los hombres que apuntan a imponer sus afirmaciones y valores adjudicándoles carácter divino y asegurando su inmutabilidad a lo largo del tiempo presentándolos como dogmas, la religión cristiana debe ser considerada decisiva en la formación del pensamiento occidental. Su valoración negativa del placer sexual y especialmente de la sexualidad femenina, definirá las mentes y las vidas de millones de seres humanos a lo largo de la historia y gracias a su influencia, tanto la libertad sexual como el placer sexual serán condenados, generando una fuerte reglamentación de su práctica.5-
A lo largo de su historia hay que señalar tres grandes hechos: la reforma gregoriana, la imposición del matrimonio monogámico indisoluble y exogámico y la unificación de los llamados “pecados de la carne” en el pecado de lujuria en los siete pecados capitales.
La reforma del Papa Gregorio VII tuvo como uno de sus objetivos lograr un mejor control de los clérigos y entre otras medidas impuso el celibato propugnando el ideal contemplativo de la continencia y la virginidad. De este modo consagró la división sexual entre clérigos y laicos y si bien el celibato era establecido para evitar que los hijos de los sacerdotes heredasen bienes eclesiásticos, esta imposición reflejaba también su percepción y valoración de la sexualidad.
El matrimonio fue reservado para los laicos, proclamándose que sólo en su interior la actividad sexual será moralmente permitida y a condición de que sea practicada con el fin de procrear. De esta manera, cuando el derecho canónico se constituye en el siglo IV, el matrimonio es presentado como una concesión a los débiles e incompatible con la perfección cristiana.6-
Al mismo tiempo que el celibato es impuesto a los clérigos, el carácter peligroso de la mujer en base al poder de su sexualidad 7- es cada vez más acentuado y a partir de la condena de la lujuria, también se desarrollará la intolerancia hacia la homosexualidad y la prostitución.
Esta concepción de la sexualidad ha sido ratificada y todos aquellos comportamientos que no son conformes a estos criterios son calificados como contrarios a la naturaleza y, por lo tanto, inmorales. Por lo que el adulterio, la masturbación o la homosexualidad, en tanto actos carentes de la finalidad de procrear, deben ser reprimidos. Debido a su inspiración divina y el carácter de inmutabilidad, tanto la naturaleza humana como la sexualidad y la familia, son concebidos de manera abstracta, como entidades ajenas a todo proceso de evolución.
Para contrarrestar esta concepción del ser humano y su sexualidad, surgió una perspectiva liberal que asentó sus bases en afirmaciones filosóficas que sostienen la autonomía y la libertad de las personas. El factor determinante será el acuerdo de voluntades en las prácticas sexuales de modo que el límite de lo prohibido y lo permitido emocional y moralmente, estará condicionado por dicho acuerdo.
Esta suerte de contrato carecerá de validez si una de las partes es incapaz o si su consentimiento fue obtenido de manera engañosa o violenta. El derecho de las personas a ejercer su libertad, sería gravemente violado en la medida en que una de las partes impusiera determinadas prácticas sexuales mediante la coerción, la violencia, el engaño o el abuso de poder, lo que sí deberá ser condenado.
Al considerar a las personas como seres libres y responsables de sus actos, éstas merecen que su dignidad sea respetada y reconocida por la sociedad y el Estado, de lo que surgirá la tolerancia en relación con los demás, incluso con los/as considerados/as diferentes de lo establecido socialmente como “normal”.
Opino que deberíamos considerar la educación sexual en base a estos criterios y a la puesta en práctica de los derechos sexuales y reproductivos en tanto derechos humanos.

3- Los Derechos Sexuales y Reproductivos son Derechos Humanos

Las políticas y programas que impulsan la generación de una conciencia de responsabilidad respecto de los comportamientos sexuales tanto en mujeres como en hombres, constituyen un instrumento privilegiado en defensa de la salud integral, de la prevención del aborto y de la calidad de vida de la población.
La legislación destinada a asegurar una vida sexual y reproductiva responsable a partir de la implementación de la Educación Sexual en las escuelas no se orienta a transformar a las y los jóvenes o a las parejas en objeto de ningún tipo de reglamentación político-poblacional. De lo que se trata es de legislar y educar para dar respuesta a necesidades humanas básicas. Su implementación tampoco genera “un despertar precoz de la sexualidad de los menores” como también argumentan algunos adultos, sino precisamente todo lo contrario, tal como lo demuestran los resultados verificables de diferentes investigaciones.8-
Jeffrey Weeks, conocido teórico inglés discípulo de Foucault y profesor de Sociología en la South Bank University de Londres, escribió sobre las consecuencias que generó la realización de un juicio entablado por la Sra. Victoria Gillick en Inglaterra, para impedir legalmente que los médicos dieran consejos sobre anticoncepción a niñas menores de 16 años sin el consentimiento de sus padres. A partir del juicio, que fracasó en la apelación en 1985, se plantearon cuestiones como, ¿siempre saben los padres y madres qué es lo mejor?, ¿el acceso a información sobre anticoncepción y educación sexual, fomenta la promiscuidad o en realidad constituye una protección racional contra sus consecuencias?. 9-
El Instituto Alan Guttmacher investigó la frecuencia de embarazos adolescentes en varios países y encontró que la mayor incidencia se daba en los Estados Unidos de Norteamérica con 96 embarazos cada mil adolescentes entre 15 y 19 años, y que la menor se daba en Holanda, con acceso a información sexual, con 14 cada mil jóvenes. La conclusión fue contundente: los países que incluían programas de educación sexual en sus escuelas, tenían tasas mucho más bajas de embarazo adolescente.
Cuando se pretende imponer concepciones religiosas o natalistas a toda la comunidad como si fuesen las únicas posibles, se incurre en una suerte de fundamentalismo, concepción religiosa que cobra muchas vidas inocentes en el mundo, las que curiosamente pretende preservar negándole a los jóvenes, mujeres y varones, el ejercicio libre y responsable de su sexualidad y por lo tanto negándoles el derecho a cuidar de sus vidas.
Es bueno recordar que los derechos sexuales y reproductivos fueron reconocidos por el Estado argentino en la categoría de Derechos Humanos en el año 2000 con motivo de la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, conocida como “Beijing + 5”, lo que ya se expresaba en diferentes Leyes y Convenciones Internacionales que contaban con rango constitucional desde 1994.
Dicha legislación ha tenido en cuenta, entre otros documentos internacionales, las decisiones acordadas por nuestro país en 1994 en El Cairo, en ocasión de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) de la O.N.U, que en el Cap. 7 de su Programa de Acción establece:
(7.2) “La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico, mental y social y no la mera ausencia de enfermedades o dolencias.”
(7.3) “Teniendo en cuenta la anterior definición, los derechos reproductivos comprenden ciertos derechos humanos que ya han sido reconocidos en documentos internacionales y en otros de consenso relevante de Naciones Unidas.....La promoción del ejercicio responsable de estos derechos para todos los individuos debería ser base fundamental de las políticas gubernamentales y comunitarias..... Como parte de este compromiso, debe otorgarse total atención a la promoción de relaciones de género mutuamente respetuosas y equitativas.....
La salud reproductiva no es una realidad para muchas personas en el mundo a causa de factores como: los inadecuados niveles de conocimiento acerca de la sexualidad humana.....por la prevalencia de comportamientos sexuales de alto riesgo; las prácticas sociales discriminatorias; las actitudes negativas hacia mujeres y niñas; y el limitado poder de decisión que tienen muchas de ellas respecto de su vidas sexual y reproductiva.” CIPD. 1994
Después de la CIPD se ha facilitado el reconocimiento de que las cuestiones que hacen a la salud sexual y reproductiva, la generación de aptitudes para disfrutar la vida así como acceder a conocimientos y recursos para su planificación, son conceptos claves de toda educación sexual y que las problemáticas de género, generalmente ausentes en muchos de sus programas, deben recibir especial atención.
Dicha Conferencia estableció un Programa de Acción (PA) para los siguientes veinte años, con más de 180 estados participando en las negociaciones para lograr su redacción, y con el objetivo principal de establecer un balance entre la población del mundo y la distribución de sus recursos.
La comunidad internacional llegó a un acuerdo por consenso en el establecimiento de tres objetivos cuantitativos por alcanzar, éstos son:
la reducción de la mortalidad materna e infantil; el acceso universal a la educación, especialmente para las niñas; y el acceso universal a una amplia gama de servicios de salud reproductiva y planificación familiar.
En relación a dicho Programa, Marisela Padrón, Directora de la División de América Latina y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) declaró su convicción de que “el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, así como a la educación y el ejercicio de los derechos reproductivos, pueden contribuir eficazmente a evitar el círculo vicioso de la pobreza en el que se encuentran millones de mujeres y adolescentes de esta región”.10-

4 - Siempre hacemos educación sexual
Si reconocemos el poderoso potencial que reviste la educación tanto en la reafirmación del bagaje cultural individual y colectivo así como en la promoción de valores de cambio y cuestionamiento de lo establecido, podremos entender las fuertes reacciones que generan las propuestas de incluir la educación sexual en el proceso educativo formal.
Mucha gente, quizás la mayoría, supone que cuando no se imparten conocimientos o información sexual de forma directa, no se está brindando educación sexual. Esto es absolutamente falso. En base a valoraciones y comportamientos, tanto individuales como recíprocos; las reacciones que genera la exploración que practican niños y niñas sobre su propio cuerpo; las expresiones tanto amorosas como hostiles; son algunas de las muchas formas como los padres y las madres, en tanto seres sexuales, influirán sobre la sexualidad de sus hijos e hijas.
En realidad los padres y las madres no pueden decidir sobre si imparten o no educación sexual, sólo pueden decidir si lo harán desde una valoración positiva o negativa y si asumirán o no su responsabilidad.
Con lo que decimos y también con lo que callamos, con lo que no nombramos, proyectamos información acerca de cómo vivimos o entendemos la sexualidad y de esta forma la transmitimos a nuestros hijos e hijas.
Comparto la definición de educación sexual que propone la educadora brasileña Maria José García Werebe cuando plantea que “comprende todas las acciones, directas e indirectas, deliberadas o no, concientes o no, ejercidas sobre un individuo (a lo largo de su desarrollo) que le permiten situarse en relación a la sexualidad en general y con su vida sexual en particular”11-
Si bien es cierto que la educación inicial que recibimos de acuerdo a los vínculos parentales y familiares y en base a nuestro género es la más influyente, también es cierto que otra institución como la escuela desempeña un papel principal como socializadora y no puede ni debe eludir esta responsabilidad.
Afirmamos que la educación sexual no depende de una sola institución y cuando los padres y madres no saben, no pueden o no quieren entablar un diálogo franco con sus hijos en materia de sexualidad, éstos se informarán como sea y especialmente con sus pares, tan desorientados o mal informados como ellos.
Inicialmente es la sociedad la que establece una educación que garantice su estilo de valores así como su permanencia en el tiempo por lo que su cuestionamiento y transformación sólo serán posibles cuando la sociedad también se encargue de presionar y proponer aquellos cambios de los que se está haciendo cargo.
Si bien es cierto que la escuela es una institución cultural que refleja los mismos temores, prejuicios y parcialidades de la sociedad transmitiendo “el orden del mundo”, no es menos cierto que puede y debe hacerse cargo de las propuestas inspiradas en el ejercicio de derechos. Y ofrecer información puesta al servicio de la atención primaria de la salud sexual y reproductiva de adolescentes y jóvenes, es un derecho social básico del que no puede ni debe desentenderse.
Según consta en el Informe Sombra de la implementación del Programa de Acción de El Cairo en la Argentina realizado este año por varias Ongs. Argentinas 12-, y elaborado en base a datos del Ministerio de Salud de la Nación; del Censo Nacional de Población de 2001; del SIEMPRO;datos propios; etc., se confirma que el aumento de la pobreza:
....“genera una situación de máxima vulnerabilidad frente a la salud sexual y reproductiva de estos jóvenes: mujeres y varones. Vulnerabilidad que se agrava por la falta de educación sexual en las escuelas, el bombardeo de los medios de comunicación que envían mensajes donde todo ocurre en un medio muy erotizado y la sexualidad que todavía persiste como un tema tabú, del que no se habla pero que se muestra muy abiertamente. Esto contribuye a aumentar la vulnerabilidad de los y las adolescentes.
El inicio de relaciones sexuales a edades menores, la mayor frecuencia de estas relaciones sexuales y la falta de programas de prevención y atención de los adolescentes, produjo un aumento del embarazo y maternidad adolescente, especialmente en las menores de 15 años.
Como ya se señaló, desde el año 2000 por primera vez se han registrado muertes maternas en niñas entre 10 y 14 años, cifra que tiende a aumentar, y también es preocupante el incremento de egresos hospitalarios por complicaciones del aborto que se observó en las adolescentes, lo que puede expresar que ahora las adolescentes embarazadas optan más por el aborto aumentando los riesgos para su salud. En el año 2000 de los 78.000 egresos por abortos se registraron 11.015 en adolescentes entre 15 y 19 años y 550 en niñas entre 10 y 14 años. En muchos de estos casos, el embarazo fue producto de violaciones o abusos sexuales
 5- Educación para la salud = Educación para la libertad
Según nos propone Ivan Illich “la educación es esencialmente una producción planeada de aprendizaje de otro, o mejor: una provocación planeada de la libertad de otro13- O al menos esto debería ser.
A partir de los desarrollos teóricos del psicoanalista Pichon-Riviére en nuestro país, surge una definición de salud que también comparto absolutamente ya que es considerada como un “derecho social básico y universal cuya apropiación es un camino hacia la mayor libertad del ser humano”.
De ambas definiciones surge la posibilidad de considerar la educación y la salud como Derechos Humanos básicos e inalienables, ya que ningún pueblo que no logre un adecuado nivel de educación y salud podrá conquistar y sostener su libertad.
Pero si bien es cierto que la educación es la columna vertebral necesaria de todos los programas de atención primaria de la salud y que a partir de ésta se garantiza el ejercicio de la libertad, no es menos cierto que no es condición suficiente para garantizar los cambios de conducta necesarios, evitando situaciones de riesgo con la práctica del autocuidado, particularmente en lo que hace al comportamiento sexual.
Cambiar implica conocer y conocer es la herramienta privilegiada en la transformación de la realidad, pero...tampoco se trata de caer en idealizaciones inconducentes y frustrantes. El conocer no siempre implica re-conocer.
No podemos ignorar el carácter impulsivo de la vida sexual, particularmente en la adolescencia, como tampoco, el alto componente erótico de lo prohibido y peligroso.
La adolescencia de nuestra cultura expresa la etapa del crecimiento definida especialmente por la búsqueda de la identificación y diferenciación como seres únicos. Los adolescentes necesitan confrontar con los adultos y cuestionar los modelos sociales y culturales establecidos. Es precisamente lo que debemos esperar y contener, no reprimir.
Cuando hablamos de transmisión de conocimientos o educación sexual, generalmente nos referimos a un adulto que transmite información y los conecta con el aprendizaje.
De acuerdo a cómo sea su actitud será el juicio de los/as adolescentes porque el mensaje y los contenidos serán mejor valorados de acuerdo a cómo se transmiten y quién los transmite, así como la empatía o confianza que les despierte.
Muchas veces la escuela desaprovecha o califica prejuiciosamente la potencialidad de las y los adolescentes y en su tendencia a homogeneizar pierde la oportunidad de incentivar la capacidad creativa de sus alumnos que entre otras cuestiones están elaborando pérdidas, asumiendo cambios de todo tipo y buscando su destino debatiéndose entre la angustia y la esperanza.
Entonces cabe que nos interroguemos sobre los alcances y límites de la educación en general y de la educación sexual en particular. Debemos tomar conciencia de que los comportamientos humanos en más ocasiones de las que suponemos o quisiéramos, no se guían por lo que saben sino por lo que pueden, por su historia personal, por los afectos, los miedos, los estereotipos de género, las necesidades, la autoestima, los valores familiares, las fantasías, la necesidad de afecto, etc.
Pero aunque nos veamos tentados a suponer que la transmisión de información es poco eficaz en materia de sexualidad, también tendremos que recordar que los cambios de comportamiento así como del sistema de creencias, se producen gracias a una educación basada en el intercambio de saberes, facilitando la participación de los individuos involucrados y logrando establecer relaciones democráticas.
Sólo alcanza poder de transformación aquel conocimiento que surge de una concepción participante, respetuosa de todos los saberes, que posibilita salirse del lugar pasivo-receptor, generando mayores y mejores motivaciones.
Será importante entonces privilegiar el trabajo en grupos que permita compartir experiencias, dudas, necesidades, vivencias, reconociéndose unos en otros, unas en otras.
La construcción de una conciencia crítica y reflexiva surgirá de un proceso de elaboración conceptual participativo que permita la creación conjunta y la expresión grupal incluyente.
Mejorar los comportamientos y los indicadores de la salud sexual y reproductiva de nuestra población no podrá alcanzarse únicamente con la adquisición de conocimientos formales de salud, pero sin dudas que éstos serán más efectivos en sus alcances si las nuevas prácticas y estrategias de solución son concebidas con la participación de los mismos interesados.
Nuestro compromiso como agentes de salud que desempeñamos una labor profesional y docente en ámbitos gubernamentales y no gubernamentales, debería coincidir con el de P. Riviére cuando concibe el logro de la salud como “un proceso de liberación, porque no se lucha contra la enfermedad sino contra los factores que la generan y refuerzan14-
Si brindamos información con la finalidad de generar demandas y cambios positivos en valoraciones, actitudes y aptitudes relacionadas con los comportamientos sexuales, pero desde el sistema de salud público no se garantiza el acceso a los recursos y servicios imprescindibles..... estaremos “arando en el mar”.
Por lo que nuestra tarea como profesionales pertenecientes a organizaciones sociales, deberá incluir acciones articuladas con las intervenciones que en tal sentido realice el Estado en su rol de principal garante de la salud pública.
El proceso democratizador recuperado en nuestro país desde 1983, debe reforzar su legitimidad incorporando la educación sexual en el sistema educativo formal, pero siempre inscripta en un ámbito de libre exámen de las ideas, de información independiente y confiable, con fundamentación científica, de respeto por la pluralidad y diferencia de opiniones y sin pretender imponer ninguna “verdad” como única e indiscutible.
Su principal inspiración consistirá en liberar de servidumbres sustentadas en ignorancias y prejuicios, aportando conocimientos que posibiliten elecciones informadas y basadas en la libertad y responsabilidad personales.

Lic. Ester Nani
A.M.A.


Dedicado a las autoridades, docentes y alumnas/os del Liceo No.8 “Esteban Echeverría” de Mataderos – Ciudad de Buenos Aires
- Asociación Mujeres en Acción -
Banco Mundial – Consejo Nacional de la Mujer
Sub-Proyecto PROFAM-Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva



Buenos Aires – Junio de 2004
República Argentina




BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA Y FUENTE DE LAS CITAS:


1- Prevención.Intervención Psicológica en Salud Comunitaria. Mirta Videla.
Ed. Cinco. Bs.As.,1991.
2- Dicccionario de Ciencias Sociales y Políticas. Di Tella y otros. Emecé.Bs.As., 2001.
3- La Educación como práctica de libertad. Paulo Freire.Siglo XXI.Méjico,1989
    El proceso educativo según P. Freire y Pichon-Riviére. Cinco.Bs. As., 1990
4- Historia de la Sexualidad. Michel Foucault. Siglo XXI. Méjico,1977.
5- La civiltà dell'occidente medievale. Le Goff Jacques. Einaudi.Torino,1981.
6- Moral, Sexualidad y Derecho Penal. José Hurtado Pozo.
    Anuario de Derecho Penal Número 1999-2000.
7- El segundo sexo. S. De Beauvoir. Vol.1. Cátedra. Madrid, 1998.
8- La educación sexual en la escuela disminuye el embarazo adolescente. Gabriela Navarra. Diario Página 12. Bs. As., 2002.
9- Sexualidad. Jeffrey Weeks. Serie Género y Sociedad. Paidós. Méjico,1998.
    How Mrs. Gillick has Hijacked Morality. Virginia Ironside.The Guardian.
    Londres, 23 de Julio de 1985.
10- Reunión de la Mesa Directiva Ampliada del Comité Especial sobre Población
      y Desarrollo del período de sesiones de la CEPAL. Sgo. de Chile, 10 y 11
     de Marzo de 2004.
11- La educación sexual en la escuela. MJ.García Werebe.Ed.Planeta.Barcelona,
      1979.
12- Ongs: ACDH, ADEUEM, Asociación Mujeres en Acción, Católicas por el
Derecho a Decidir-Córdoba, CLADEM Argentina, FEIM, Feministas en Acción, Foro por los Derechos Reproductivos, ISPM, Mujeres al Oeste, Red Nacional de Adolescentes en Salud Sexual y Reproductiva, SeAP.
13- Némesis médica. Iván Illich. Búsqueda. Méjico,1978.
14- Del Psicoanálisis a la Psicología Social. E. Pichon-Riviére. Nueva Visión.
      Bs. As.1978.

  Actividad del Programa "Mujer y Ciudadanía" en el C.G.P. Nro. 1 de la Ciudad de Buenos Aires - Año 2000

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